En el podio de la enseñanza universitaria española
Los premios son un reconocimiento a la labor que ya se ha realizado, pero en el caso de Gabriela Carolina Cattani Delord son también un acicate para mejorar en el futuro. Por eso, el tercer puesto en la lista de los 10 mejores profesores universitarios que elaboran los premios Educa Abanca la ha dejado “con ganas de seguir innovando”.
veo que lo que estoy haciendo tiene reconocimiento por parte del alumnado
Y es que la innovación es el ingrediente fundamental en la práctica docente de esta brasileña que se vino de su país hace 8 años para hacer el doctorado. Desde su cuenta de Instagram, con más de 19.000 seguidores, comparte todo tipo de prácticas educativas e ideas con compañeros de otros centros de enseñanza. Y en sus clases también despliega todas estas habilidades para ofrecer a sus estudiantes un aprendizaje diferente.
“Este premio me da ganas de seguir adelante porque veo que lo que estoy haciendo tiene reconocimiento por parte del alumnado”, subraya Gabriela, ya que son los propios estudiantes quienes proponen los candidatos para estos galardones. A continuación, un jurado se encarga de evaluar las candidaturas y elegir a los ganadores.
la clave del éxito es “saber unir la teoría y la práctica”
Gabriela es la segunda profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la US que recibe el reconocimiento de los premios Educa Abanca. Su compañero Pablo Álvarez Domínguez ha sido galardonado como tercer y segundo mejor profesor universitario de España en las dos últimas ediciones. “Yo creo que no es casualidad. Los que trabajamos aquí estamos siempre investigando sobre esto, sobre la didáctica, los métodos innovadores, la evaluación continuada…”, apunta. Pero no basta con leer e investigar sobre la materia. Según ella, la clave del éxito es “saber unir la teoría y la práctica”.
Apuesta por el método científico
“Todas mis clases están basadas en el método científico: investigación en el aula”, explica Gabriela. Comienza planteando una situación, un problema, a los estudiantes y les pide que exponga sus primeras hipótesis sobre el tema. A continuación, los invita a investigar al respecto para comprobar si estaban o no en lo cierto. Y, por último, exponen y comparten sus conclusiones con el resto de la clase. Así, “ellos son los protagonistas”, destaca. “Llega un momento, a partir del segundo mes de clase, en que ellos son totalmente autónomos e independientes”, mientras que el profesor “está en una posición de observador, de ayudante”.