Contra la pandemia desde todos los frentes

Estos logros podrán ayudar a reducir el tiempo de asistencia y diagnóstico a pacientes con Covid-19

Los pacientes que usan habitualmente antipsicóticos tienen un menor riesgo de infectarse

Desde el comienzo de la alerta sanitaria por la pandemia de Covid-19, los investigadores de la Universidad de Sevilla se han implicado en la lucha contra el coronavirus desde sus distintas áreas de conocimiento. Unos han dejado de lado temporalmente sus estudios para atender la demanda social de respuestas y soluciones ante esta grave crisis. Otros han adaptado los proyectos en los que ya trabajaban para buscar resultados que ayuden a acabar con la Covid-19.

Una de las características de la COVID-19 que más ha desconcertado a la comunidad científica y médica es la conocida como 'hipoxemia silenciosa', que consiste en la disminución pronunciada de los niveles de oxígeno en sangre arterial sin manifestar síntomas, como la sensación de falta de aire o el incremento de la frecuencia respiratoria. Investigadores del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) -centro mixto en el que participa la US-, liderados por los doctores Javier Villadiego, Juan José Toledo-Aral y José López-Barneo, han desarrollado un estudio que ha identificado la causa de este fenómeno. Sus conclusiones apuntan a que la infección del cuerpo carotídeo por el SARS-CoV-2 podría ser el origen de la 'hipoxemia silenciosa'.

Desde el IBiS también se presentó un grupo de seis indicadores bioquímicos que permiten sospechar que existe infección por Covid-19 a partir de un análisis de sangre y en sólo 60 minutos. Al mismo tiempo, investigadores de la ETS de Ingeniería Informática y la Cátedra de Telefónica ‘Inteligencia en la Red’ han trabajado en un sistema de ayuda al diagnóstico de la Covid-19 basado en imágenes de rayos X de los pulmones de los pacientes. El sistema utiliza aprendizaje profundo para entrenar un modelo de red neuronal que clasifica entre pacientes sanos, pacientes con neumonía y pacientes con Covid-19.

El grupo Minerva, integrado por investigadores del departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la US, participan en el proyecto SENSING-AI para desarrollar una plataforma capaz de recibir datos sobre el estadio de pacientes con Covid-19 persistente. La herramienta, liderada por la empresa estadounidense Adhera Health, recibirá datos de diversas fuentes y tratará de obtener patrones para clasificar el riesgo potencial de cada paciente. Estos logros permitirán mejorar los tiempos de asistencia y diagnóstico.

Por su parte, la profesora Elisa Cordero, del departamento de Medicina de la US, ha liderado un proyecto en el que han participado miembros de 12 hospitales españoles y que ha permitido conocer con mayor precisión las complicaciones de la Covid-19 en los receptores de trasplantes de órgano. Además, el estudio ha aportado indicadores clínicos útiles para la identificación precoz de la enfermedad. El análisis de estos datos permitirá a los profesionales sanitarios optar por una actuación personalizada acorde con la situación de cada paciente.

Investigadores de la US también han colaborado con miembros de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario Virgen del Rocío en un trabajo que concluye que los fármacos antipsicóticos podrían tener un efecto protector frente al SARS-CoV-2. Por ello, los pacientes que usan habitualmente estos medicamentos tienen un menor riesgo de infectarse y, si lo hacen, sufren la enfermedad de una manera más leve.

Un mundo en pandemia
Además de combatir los efectos de la pandemia, otros proyectos se han dedicado a estudiar las consecuencias de la enfermedad y su contexto en diversos aspectos de nuestra vida.

Investigadores del departamento de Enfermería, con la colaboración de profesionales del Hospital Universitario Virgen Macarena, han analizado el cuidado del paciente crítico con COVID-19 en las UCI. Su estudio ha permitido conocer mejor una situación que, según sus conclusiones, ha estado marcada por el aislamiento de los pacientes, así como el miedo a lo desconocido y la incorporación de enfermeras no habituales de UCI.

Por su parte, investigadoras de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la US han analizado la influencia de la pandemia en la lactancia. Su trabajo destaca que el desconocimiento de la enfermedad, las informaciones contradictorias que circularon en los primeros meses y los cambios de protocolos en las instituciones sanitarias fueron algunos de los obstáculos para esta práctica. Sin embargo, otros factores como el confinamiento han favorecido una mayor cercanía entre las madres y sus bebés.

Otro estudio ha examinado la calidad del aire en distintos tipos de vivienda durante el confinamiento impuesto por la pandemia. Miembros del Instituto Universitario de Arquitectura y Ciencias de la Construcción de la Universidad de Sevilla, que han participado en el estudio junto a representantes de otras universidades, han analizado la evolución de los niveles de dióxido de carbono dentro de las casas (CO2), la presencia de compuestos orgánicos volátiles (VOC´s) y de partículas finas (PM2.5).

Y la US también ha participado en un estudio dedicado a analizar las consecuencias de la pandemia para las personas migrantes. Las profesoras Virginia Paloma y Rocío Garrido, de la Facultad de Psicología, han sido las encargadas de coordinar en España el proyecto ApartTogether, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha subrayado efectos negativos como el empeoramiento de la salud mental o la pérdida del puesto de trabajo.