La egiptología en la US

Fue hacia el inicio de otoño del año 2000 cuando, coincidiendo en un curso de verano en la Autónoma de Madrid, el profesor del CSIC José Manuel Galán me propuso que emprendiéramos el proyecto de montar una misión arqueológica en Egipto, ni más ni menos que en la necrópolis de la antigua gran capital de Tebas. Me pareció una idea atrayente y atrevida, que suponía no solo recabar unos recursos económicos, que siempre son huidizos, sino sobre todo avanzar en la creación de una escuela egiptológica eminentemente hispana, alentando y apoyando a jóvenes suficientemente decididos para emprender este apasionante a la par que difícil camino.

Así nació el Proyecto Djehuty, que desde su inicio ha estado vinculado con la Universidad de Sevilla, especialmente con nuestro departamento de Historia Antigua que, dicho sea de paso, posee una de las mejores bibliotecas universitarias de Egiptología e Historia Antigua en general. Si desde mucho antes éramos uno de los pocos focos de Egiptología y Orientalismo Antiguo en el ámbito académico hispano, gracias a la labor pionera de Francisco Presedo, primer catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla y fundador del departamento, en estos últimos tres decenios, nos hemos convertido en un referente con impacto y repercusiones internacionales.

Equipo con el ataúd de Neb (1600 a. C.)

A lo largo de este tiempo hemos formado a investigadores y docentes, hemos organizado simposios y seminarios, se han publicado artículos científicos, se han leído tesis doctorales, se ha incrementado la docencia específica sobre Egipto Faraónico, etc. En definitiva, se ha consolidado una línea de estudios e investigación que es sin duda una seña de identidad de nuestra Universidad.

La vinculación con una misión arqueológica permanente en Egipto es uno de los escaparates y exponentes más relevantes de la US

En este empeño ha sido muy importante el apoyo decidido e incondicional del departamento de Historia Antigua, uno de los dos únicos que existen en la universidad española, así como el mantenimiento de los Cursos de Lengua y Escritura Egipcias (específicamente basados en el conocimiento de los jeroglíficos), cursos que llevamos impartiendo desde hace mas de 30 años y que hoy día, con el amparo y auspicio del Centro de Formación Permanente de la US, gozan de una extraordinaria salud.

Analizando un texto jeroglífico

En mi caso, formado desde los inicios (licenciatura y doctorado) en nuestra Universidad, y pese a los años de destino en otros centros universitarios de nuestro país y del extranjero, siento profunda y sinceramente unas raíces “hispalenses”, así como la satisfacción ver cómo han madurado todos estos fundamentos de lo que hoy es ya una afianzada realidad: el estudio de Próximo Oriente Antiguo, y en concreto del Egipto Faraónico en el marco de la Universidad de Sevilla.

Siento profunda y sinceramente unas raíces 'hispalenses'

Parece mentira que, en unos tiempos como los que vivimos, increíblemente aún hay mentes limitadas y simples que todavía establecen distingos valorativos entre los estudios de Humanidades, o “de Letras” (como antaño se denominaban) y los de otras disciplinas aparentemente con mayor o más práctico impacto directo en nuestra cotidianidad. Por ello, es un placer ver disciplinas como la Historia, la Arqueología, la Filología, la Antropología, Sociología, Psicología y tantas otras que se podrían citar, que cada vez están mejor posicionadas; y en todo caso trabajando y luchando por afianzar sus caminos, sus recursos y presencia en nuestro mundo académico y en la sociedad en general.

Porque todas ellas son ramas que brotan de un mismo tronco, del árbol de las ciencias y del conocimiento; todas ellas son absolutamente necesarias para una humanidad que aspira a integrarse armónica e inteligentemente en el mundo en el que vive, para construir una sociedad en la que sean posibles el progreso, la dignidad y la felicidad, objetivos fundamentales tanto a nivel individual como colectivo de nuestros esfuerzos.