Javier Ramajo
Su trabajo es hacer entrevistas, pero en esta ocasión es el entrevistado. La Federación Andaluza de Salud Mental, ha premiado recientemente la mirada “aguda y respetuosa” del periodista Javier Ramajo -antiguo alumno de la Facultad de Comunicación- sobre las personas que padecen esta dolencia. Tiene clara su función en este creciente problema social, denunciar las deficiencias del sistema sanitario y "que no dejen de invertir en él, pues no todo el mundo puede costearse una consulta privada”.
¿Cómo ha recibido este premio?
Con mucha ilusión porque ha sido inesperado. Ha supuesto un reconocimiento al trabajo que hago y que podemos publicar en eldiario.es Andalucía, en donde queremos darle un espacio importante a los problemas de salud mental. A raíz de la pandemia se han acrecentado y tenemos que empezar a romper el tabú del suicidio. Hemos querido reflejar lo que hacemos habitualmente, problemas sociales, problemas que tiene la gente. Cuando acudes a un periódico, en situaciones especialmente graves es el último recurso, por desesperación de los familiares o amigos.
Después de escribir tanto sobre salud mental, a su juicio, ¿qué está ocurriendo?
La velocidad que va llevando la vida, la conciliación de la vida laboral con la familiar, el “rápido para todo”, las tecnologías… todo eso hace un cóctel que es complicado de gestionar. Las exigencias sociales y del mercado laboral y a la vez poder con todo, les está afectando mucho a las mujeres. También están ahí las carencias del sistema público. Contamos casos sin ánimo de ser amarillos, como el de un padre que llevó a su hija al hospital porque no podían más, y poco más que le dijeron vuelva usted mañana. A los dos días se suicidó. Por una atención que no se le dio buena, esa familia se queda destruida.
Un porcentaje muy alto de la sociedad va a tener problemas de salud mental a lo largo de su vida.
El fallo valora su mirada respetuosa de las personas con problemas de salud mental. ¿Cree que se las respeta?
La sociedad ha avanzado mucho en tolerancia y respeto y es algo que no debe parar. Hay cierta aceptación más generalizada, pero también hay ciertos tabúes y estigmas, ciertas barreras que hay que seguir superando. Por ejemplo, cuando te das de baja por una pierna rota, nadie te cuestiona, por problemas de salud mental, la gente te sigue cuestionando.
¿Qué puede aportar el periodismo?
Generar conciencia, hacernos eco de denuncias de cosas que no se están haciendo bien. Es necesario pedir más psicólogos en los centros de salud. Se están haciendo cosas, pero falta mucho por hacer, porque hay muchas derivaciones todavía a la sanidad privada. Desde el periódico, ponemos nuestro granito de arena, ahí está el periodista para fiscalizar un poco, es la función social del periodismo.
La salud mental está afectando especialmente a los jóvenes, lo que indica que se está gestando una realidad sanitaria de mayor trascendencia en el futuro. ¿Qué aspectos cree que deberían abordarse para dar respuesta a esta nueva realidad?
La financiación, las leyes… son importantes, pero las cosas de palacio van despacio. La ley trans por ejemplo se firmó el otro día, después de muchísimos años -décadas- de movilizaciones. Si hemos descubierto ahora que los problemas de salud mental van a ser la pandemia del siglo XXI, vamos a poner de acuerdo a todos los agentes sociales y políticos. Un porcentaje muy alto de la sociedad va a tener problemas de salud mental a lo largo de su vida.
Tenemos que empezar a romper el tabú del suicidio
Muchos de los temas que trabaja involucran a las minorías, a la gente en situación vulnerable, a personas privadas de lo esencial para vivir. ¿Por qué?
Porque mi periódico tiene esa sensibilidad. Estamos para ser el altavoz de problemas de gente que no ha tenido la suerte de haber nacido en tal o cual familia. Hay familias que no tienen oportunidades. Estamos en favor de la igualdad, en el reparto de los recursos públicos igualitario y que cada una de las personas tenga derecho a estudiar, a tener un techo, a poder vivir. Dar voz para que esas carencias se puedan satisfacer, porque dependen mucho del barrio y de la familia donde se nazca. Todos merecemos una oportunidad.
¿Qué le sobra en los periódicos a diario?
Me sobran muchas cosas, mucha palabrería, mucho periodismo de declaraciones, muchas ruedas de prensa, las fake news, los periodistas y periódicos que no dicen la verdad a sabiendas, la inveracidad, que haya mentiras, que no haya profesionalidad y que por un plato de lentejas te vendas a decir cosas que no te enseñan en la Facultad de Comunicación. Me sobra que haya gente chunga en la profesión o en la clase política que no atienda los problemas de la gente o que se invente una noticia para que su dueño le alabe el gusto y le ponga más publicidad en su medio por decir cosas que él quiere que digan.
¿Qué es para usted el periodismo?
Es mi profesión y es una profesión bonita, tenemos que estar vigilantes para que se cumplan los compromisos. En ocasiones, cuando llaman los periodistas los problemas se solucionan, con lo que ahí se demuestra que podemos cumplir una función social.
Seis psicólogos por cada 100.000 habitantes
La realidad de la salud mental se ha recrudecido a raíz de la pandemia, que ha puesto de relieve las grietas de un sistema sanitario que hace aguas. El suicidio es habitualmente la primera causa de muerte externa en España, -este año superada levemente por los ahogamientos- y duplica de largo los accidentes de tráfico.
Las estadísticas de suicidios van en aumento, en 2022 -el dato más reciente-, un 2% más que en 2021, según el Instituto Nacional de Estadística. Más crudos aún son los datos ente la juventud, que se han incrementado un 12% respecto al año anterior. No obstante, este aumento no se corresponde con la disponibilidad de profesionales para la atención a la población en España, cuyos datos cifran en seis los psicólogos por cada 100.000 habitantes -tres, en Andalucía-, cuando la media en Europa es de 18.