¿Qué principales retos se plantea para el segundo mandato?

En primer lugar, seguir defendiendo el derecho de las personas. Queremos seguir avanzando y liderando un proyecto académico de carácter internacional. Vamos a impulsar la ‘acreditación institucional’ de todos los centros de la Universidad e incorporaremos ‘sellos extraordinarios de calidad internacionales’ que tengan un valor y un significado importante para el mundo internacional académico. Hemos obtenido la coordinación de una de las alianzas europeas en este primer proyecto que ha de transformar y evolucionar el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), y seguimos con nuestras miradas fundamentales hacia Asia, y un desarrollo en estos años venideros en el Magreb y en África.

En investigación vamos a continuar esforzándonos para ser líderes en captación de fondos, aumentar la productividad científica, y seguir posicionándonos internacionalmente en el conjunto de las clasificaciones internacionales. Nuestro capítulo de transferencias es fundamental. Por ello estamos construyendo en Centro de Innovación en terrenos portuarios, y tenemos un gran proyecto en la Isla de la Cartuja para montar tres grandes centros de innovación.

En materia de cultura seguiremos apostando por ofrecer una interesante oferta desde nuestro Centro de Iniciativas Culturales.

Espero que el curso académico 2021/22 sea el primer año de la normalidad

¿Cuánto tiempo puede tardar el mundo académico en normalizarse tras este año de pandemia?

Es una gran incertidumbre, creo que nadie en el mundo tiene una respuesta. Espero que el curso académico 2021/22 sea el primer año de la normalidad.  Con ese propósito estamos preparando un calendario académico en el que vamos a volver al calendario tradicional de la US.

¿Qué espacio van a tener las nuevas herramientas digitales en esa normalidad?

Todo lo que hemos incorporado no va a desaparecer cuando volvamos a la normalidad. Sin embargo, la capacidad de llevar a cabo las actividades programadas de forma presencial son determinantes para darle a la sociedad el servicio de educación superior al que nos debemos con la máxima calidad. La pandemia nos ha obligado a incorporar herramientas que, sin bien es cierto que las teníamos y estaban a disposición nuestra, no las usábamos de forma tan amplia. Herramientas útiles que seguiremos utilizando.

¿Qué ha aprendido como gestor de una comunidad de casi 80.000 miembros?

Me ha enseñado la importancia que tiene ser consciente de que uno no tiene la razón absoluta en nada, y que cuantas más opiniones existan alrededor, en proporcionalidad a la comunidad que coordinas, mejores posibilidades tienes para tomas la decisión menos mala o más correcta. 80.000 personas me han demostrado que hay 80.000 realidades. La estructura de autogobierno de la Universidad es muy compleja y por tanto hay que escuchar todas las partes.

La estructura de autogobierno de la Universidad es muy compleja y por tanto hay que escuchar todas las partes

¿Qué espera usted de Ulysseus?

Somos laboratorio de pruebas de un gran proyecto a escala continental. Son más de 40 los países que están inmersos en el EEES y Ulysseus tiene 41 universidades coordinadoras, de las que tres son andaluzas: Granada, Cádiz y Sevilla. En Ulysseus haremos una trasformación del concepto de los títulos conjuntos. Queremos hacer una gran universidad donde los títulos sean propios de Ulysseus, lo que implicará que un estudiante curse una parte en Helsinki, otra parte en Niza y otra en Sevilla.

¿Por qué le gustaría ser recordado?

Me gustaría que se me recordase como un servidor público que defendió la universidad pública y a la Universidad de Sevilla con ahínco, y que tuvo tres principios: la humildad, el grado de atención a las personas, y la tenacidad. Las sociedades sólo podrán ser lo que puedan llegar a ser sus universidades. Y así seguiré trabajando.